La inversión extranjera directa no siempre es sinónimo de desarrollo y en algunos casos puede afectar la institucionalidad, según un informe de la Fundación Ciudadanía y Desarrollo

Bloomberg Línea — La llegada de capitales para inversión y créditos desde países como Rusia y China, según la Fundación Ciudadanía y Desarrollo, son dinero “corrosivos” y pueden dañar la institucionalidad de los países que reciben estos recursos, según concluyó en un nuevo reporte.
En América Latina, según el nuevo informe de este organismo, Venezuela, Bolivia y Ecuador son el objetivo de estos denominados ‘capitales corrosivos’. Define de esta manera a la llegada de recursos a través de la inversión extranjera directa pero que están unidos a contrataciones con empresas del mismo país que hace la financiación y, en el caso de los créditos, se desembolsan a altas tasas y con cortos plazos de pago.

Para Ecuador, dice el estudio, desde China llegaron bajo la figura de créditos bilaterales US$22.589 millones entre 2010 y 2019, por medio del EximBank China y el Banco de Desarrollo de China, utilizado principalmente para obras de infraestructura del gobierno central y la construcción de carreteras y otros proyectos. En la presentación se destacó que estas obligaciones crediticias están fijadas hasta 2039.
Los autores del informe, Leonardo Gómez y Andrés Lozano, señalaron además que los préstamos que llegaron desde China se ejecutaron con un figura conocida como el ‘Triángulo de hierro’, que consiste en que los recursos sean ejecutados por empresas chinas y además se contrate a un porcentaje de trabajadores chinos. Incluso, en algunos casos, la administración de la obra, una vez finalizada, también queda a cargo de estas empresas por un tiempo determinado.
También se explicó que unos US$16.000 millones se ejecutaron entre 2010 y 2019 por empresas de China en Ecuador, pero en el comparativo de las tasas de interés, el 80% de estas oscilaban entre 6,25% y 7,91%, mientras que las tasas de organismos como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF) podrían brindar tasas promedio del 4,5% a mayores plazos.

Otra de las razones para llamar a estos recursos ‘capitales corrosivos’ son las áreas en las que se usan y sus impactos. Los investigadores señalaron que un común denominador es que sean inversiones en sectores extractivos y de alto impacto ambiental y social.
Además de ser créditos a altas tasas y cortos plazos, junto a su ejecución con empresas chinas, también señaló la Fundación que algunos de los proyectos que se ponen en marcha han terminado en escándalos de corrupción, sobreprecios o fallas estructurales, poniendo como ejemplo el proyecto de Coca Codo Sinclair, Toachi Pilatón, Sopladora y las Minas-San Francisco.

Por último, el informe recomienda al gobierno central poner en marcha reformas constitucionales que desliguen la obtención de los recursos con empresas de la misma nacionalidad de donde llegan estos. Así mismo, reformas legales que permitan conocer los beneficiarios finales de estos contratos a fin de que el país tenga mayor transparencia en la ejecución de estos recursos.